CRISIS

“Contigo pan y cebolla”. No fue una declaración de amor, pero casi. Mi socio y yo chateabamos y hacíamos planes sobre nuestra futura empresa… eso fue hace muchos años… después vinieron los ilusionados comienzos, las dudas, una OPA semi hostil con victoria final que ahora no me suena a tanta victoria, traiciones y desilusiones, nuevas ideas y sueños que dejámos por imposibles… pero siempre hemos estado de acuerdo en todo y hemos disfrutado trabajando juntos.

El primer café nos despertaba con confidencias. Un bocadillo compartido a media mañana para escondernos del teléfono. Las cervezas al final del día siempre aseguraban risas y aunque no desconectábamos del todo éramos capaces de reírnos del mundo. Sobre todo del que más nos agobiaba.

Pero hace un año que algo empezó a cambiar. Supongo que fue el stress. Demasiado trabajo, demasiadas decepciones con gente en la que confiábamos. Y poco a poco su carácter se fue tornando más serio. Se acabaron las bromas, las imitaciones y los monólogos que hacían partirse de risa a nuestra secretaria. Solo resoplidos, cabreos y alguna bronca.

Llevamos un par de años complicados en el despacho. Atrancados con los mismos problemas, saturados y con la impresión de no avanzar, de que los imprevistos diarios nos saturan y no nos dejan tiempo para organizarnos, para disfrutar del trabajo (si es que eso se puede hacer)… pero yo no pierdo el optimismo. Sé que juego con ventaja, que estoy feliz y pocas cosas pueden fastidiarme el día, pero a veces, cuando me despido de él y veo con la cara con la que se va a casa, su infelicidad… me rompe el corazón.

Hoy he intentado hablar contigo, transmitirte mi preocupación, no sólo por la montaña de trabajo atrasado que tienes, sino por ti. Porqué sé que no estás a gusto, que has perdido la ilusión.

Y creo que no me has entendido.

Y ya no sé que hacer para ayudarte, pero te necesito.

Como socio y como amigo.

12 Respuestas a “CRISIS

  1. El mejor socio es el socio muerto, y créeme que llevo ya varias historias de socios cabrones y traidores. Y siempre empieza con idilio, pero muy pocas veces se puede llevar una convivencia clara. Mi experiencia es una lucha de poderes, o te impones y lo sometes o te expones a que lo intente hacer él. Y yo, por suerte o por desgracia no soy de los que disfruten imponiéndose sino es por la vía del diálogo y la razón, y así me va…

    • Pues no estoy de acuerdo contigo, depende de como sean las personas. He tenido socios traidores como tú dices, pero también he tenido la suerte de compartir trabajo con bellísimas personas que lamentablemente ahora no están.
      Y respecto a mi socio actual (y ya nos conocemos desde hace más de 10 años), es el mejor que podría haber encontrado, no solo porque se convirtió en mi mejor amigo, sino porque en lo laboral nos complementamos a la perfección, y ambos confiamos absolutamente en el otro, nunca nos hemos controlado ni hemos necesitado hacerlo.

      Ahora está en un momento complicado de su vida, pero espero que vuelva a ser el mismo de siempre muy pronto, con las menores secuelas posibles 🙂
      Y siempre me tendrá para lo que necesite.
      Un abrazo.

  2. Estoy con Carmen, con lo de los socios es como con todo, que depende. Yo llevo 20 años con el mio (esto parece una corrala de marujas hablando de sus maridos, casi) y me va muy bien, je je je. Confianza plena.

    • Si que has tenido que tener malas experiencias porque cuando leí tu primera frase de «el mejor socio es el socio muerto» me quedé helada.
      Espero que ya no necesites asociarte para nada, aunque nunca es tarde para encontrar el socio ideal.
      Un beso.

  3. Lo único que se puede hacer en momentos así es estar ahí. Por muy impotentes que nos sintamos. Estoy segura de que sabe que estás y que puede recurrir a ti. Parece una tontería pero lo que no le has de permitir perder, ese esa confianza en ti…

    Un beso..

    • Eso espero que no lo pierda nunca. Hemos tenido sesión desestresante este mediodia (que buenas son las cervezas para eso) y me lo llevo de concierto esta noche… ¡¡Algo es algo!!
      Un beso.

Replica a karmenjt Cancelar la respuesta