La vuelta a la normalidad, una de las frases más escuchadas en los dos últimos días… Yo ya no sé cual es mi normalidad.
Han sido dos meses en que mi rutina se ha vuelto tan del revés que ahora que he regresado a mi nevera, a mi cama y a mi mundo, me cuesta recuperarla, encontrar las cosas, dormir con la ventana cerrada para no escuchar los coches… me quedo mirando la pantalla del ordenador (por fin con cobertura) y no sé que buscar, por donde empezar…
Me tumbo en la cama y miro el ventilador del techo dando vueltas encima de mí y hago planes, aunque sé que luego no los cumpliré. Echo de menos otro dormitorio, más pequeño pero más grande a la vez, porque se podía ver el cielo desde la cama, y en las noches con luna no hacía falta otra luz para mirarse a los ojos.
Mañana es viernes, mejor dejo lo de centrarme para el lunes, que es un buen día para empezar propósitos, o apuntarse al gimnasio, o empezar fascículos…
Insomnios y sueños 
Ya ya y eso de «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy»… cómo este, claro… jejeje
Jaja! Genial Quino, yo soy de las de Felipe… asi me va!
Por suerte o por desgracia, ya llegará la normalidad a tí, así que no tengas prisa por encontrarla. Un beso y suerte con tu lista de tareas.
Eso me temo Pat :-), asi que me haré la despistada lo máximo que pueda. Besos.
Cero que no está mal volver a la normalidad, no podríamos vivir en permanente anormalidad, sería cansadísimo. La excepción está bien para recargar las pilas pero con el tiempo se vuelve también normalidad. Además, eres una abusona, lo tienes todo y encima quieres juerga.
Mecachis
Jaja, si soy un poco abusona, lo reconozco. Es que una se acostumbra en seguida a lo bueno.
Aunque tienes razón, hasta el caos se puede volver rutinario, no hay como variar de ritmo de vez en cuando, y en eso … no me puedo quejar. 🙂
Bs.
Tranquila, que hasta la normalidad es variable. Poquito a poco, pero va cambiando. Mi normalidad de hoy no es igual que la de hace un año, y (no sé si espero o me temo) la de hoy no será igual que la de dentro de un año. Y creo que eso nos pasa a todos. Quizá el verano es una aventura corta, y el curso tan sólo una más larga pero, si venimos cambiados del verano, ni te cuento lo que cambiamos en todo un curso. Y la intención es que sea para bien, y sin cambiar de nevera o de cama (bueno, o sí, de vez en cuando). Bienvenida. Bs.
Eso siempre, para bien. Espero.
Me gusta eso de que nuestra normalidad va cambiando, y no es la misma que hace un año, ni será la misma el que viene… no lo había pensado. A veces solo notamos los cambios drásticos y son los otros los que mas perduran. O no. Bs.