TITERES, MANIPULACION Y MIEDO

titeres

También podría haber añadido en el título la palabra ignorancia, o incultura, o desinformación, pero ya me parecía demasiado largo.

Busco en el diccionario la palabra ENALTECIMIENTO, por si acaso se me ha escapado algún significado oculto, pero no, significa lo que ya sabía, literalmente: Alabanza de una persona o cosa en la que se resaltan mucho sus cualidades o méritos.

Escéptica como soy busco en el Código Penal el art. 578 que todos están mencionando, el que define la apología o enaltecimiento del terrorismo, a ver si me aclara algo más la polémica y leo:

  1. El enaltecimiento o la justificación públicos de los delitos comprendidos en los artículos 572 a 577 o de quienes hayan participado en su ejecución, o la realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares, se castigará con la pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a dieciocho meses. El juez también podrá acordar en la sentencia, durante el período de tiempo que él mismo señale, alguna o algunas de las prohibiciones previstas en el artículo 57.

Busco el argumento de la obra «La Bruja y Don Cristóbal. A cada cerdo le llega su San Martín» en la web de la compañía, a ver si encuentro alguna alabanza o justificación al terrorismo yihadista u/y/o etarra, y leo: “La protagonista está en su casa, y, en primer lugar, su vida es interrumpida por la aparición del “Propietario”, que resulta ser el legítimo poseedor legal de la casa donde vive. No existen monjas violadas; bajo la forma de los muñecos, los adultos podemos comprobar que el propietario decide aprovecharse de la situación para violar a la bruja; en el forcejeo, la bruja mata al propietario. Pero queda embarazada, y nace un niño. Es entonces cuando aparece la segunda figura: una monja, que encarna la Religión. La monja quiere llevarse al niño, pero encuentra resistencia en la bruja, y en el enfrentamiento, la monja muere. Es entonces cuando aparece el Policía, que representa la Fuerza del Estado, y golpea a la bruja hasta dejarla inconsciente, y tras ello, construye un montaje policial para acusarla ante la Ley, colocando una pancarta de ‘Gora Alka-ETA’ sobre su cuerpo, que intenta mantener en pie para realizar la foto, como prueba. A partir de este montaje policial, surge la cuarta figura, que es la del Juez, que acusa, y condena a muerte, a la protagonista, sacando una horca. La bruja se las arregla para engañar al juez, que mete la cabeza en su propia soga, y la aprovecha para ahorcarle, para salvar su propia vida.» El relato continúa algo más, pero esta es la esencia de lo que transcurre, y donde se encuentra toda la polémica.

El argumento ya indica que la obra no es que no sea para niños, sino que la mayoría de los padres que estaban presenciándola no la entendieron, o eso o que estaban a sus cosas sin prestar atención y solo vieron una pancarta donde se veía ETA y llamaron a la policía sin detenerse a preguntar el motivo ni la el significado.

También se ha dicho que la obra era muy violenta lo que me hace un poco de gracia, ya que a menos que los títeres hayan desarrollado nuevos efectos especiales con sangre y explosiones no creo que hayan variado mucho de cuando yo llevaba a mis hijos a ver alguna obra de marionetas en las que los personajes se daban con la cachiporra, que eran los momentos más divertidos para los niños.

Ayer veía a lideres políticos pidiendo cabezas y dimisiones, en ese juego electoralista de desprestigiar a cualquier precio, sin pararse a analizar los hechos. Hoy algunos medios seguían alimentando la polémica utilizando titulares que remarcaban sobre todo las consabidas palabras malditas que tanto venden: terrorismo, víctimas, apología.

Y veo con tristeza que el miedo se ha instalado en muchos políticos y personajes públicos, que el ataque es tan fiero y brutal que pocos se atreven a defender la libertad de expresión de manera alta y clara, solo Juan Diego Botto se atrevió en la gala de los Goya a mencionarlo y creo que está recibiendo amenazas. Por parte del Ayuntamiento de Madrid enseguida interpusieron una denuncia contra la compañía de títeres para salvarse en salud, ya recibieron bastante palos con el lamentable caso Zapata y no quieren que les vuelva a salpicar nada así. Ada Colau y Alberto Garzón entre otros mostraban su indignación por el encarcelamiento de los jóvenes y recibían críticas por su posicionamiento (supongo que algunos les llamaran pro-etarras), mientras el ministro del Interior dirigía duras palabras tanto a los titiriteros como a cualquiera que los defendiera.

Entiendo que muchas de estas declaraciones pueden entrar dentro del juego político, el aprovechar cualquier error del adversario para entrar a matar. Pero ¿y el Juez? Dictar prisión incondicional cuando es una obra que ya se había representado sin levantar ninguna polémica (que se ve que en Granada entienden mejor la sátira que en Madrid), no puedo entenderlo. Desconozco el procedimiento judicial en estos casos, pero entiendo que la privación de libertad es algo tan grave, que a menos que se esté cometiendo un delito de violencia contra otra  persona, se tiene que escuchar, estudiar y analizar toda la información. Y si hace falta, se le representa la obra, y que juzgue.

Es tristemente paradójico que precisamente una obra que supuestamente defendía la convivencia, la tolerancia y la aceptación de lo diferente, y en la que se denunciaba la manipulación policial, haya llevado a sus autores a un calabozo.

Dice muy poco de nuestra salud democrática.

MUERTOS Y MUERTOS

muertos

Yo tampoco entiendo la postura intransigente del partido en el Gobierno en cuanto a la condena explícita al terrorismo de ETA o el rechazo a la violencia de ETA, que para mi viene a significar lo mismo, porque si rechazas la violencia, condenas la violencia. La interesante reflexión que hizo Pat comparando esa eterna condena y rechazo con todo lo que tenga que ver con ETA y la falta de condena explícita o rechazo de ninguno de los crímenes cometidos durante el franquismo, o los miles de presos políticos que hubieron en la dictadura me reafirman en el convencimiento de que o todo depende de quien ejerza la violencia, o todo depende del momento político en el que nos encontremos.

Todos recuerdan al ex presidente Aznar, a quien no se puede tachar de progresista, hablando del «movimiento de independencia vasco» sin acritud y insinuando que habría que plantearse el acercamiento de los presos para poner fin al conflicto. En la actualidad y a pesar de que ETA está prácticamente descabezada, han renunciado al uso de la violencia, la mayoría de presos ha renegado de la misma y muchos han pedido perdón y se han arrepentido de su pasado, estamos en un momento político en que parece ser que no cabe ni la reconciliación, ni el acercamiento de presos, ni nada.

Y que conste que al igual que Pat no estoy justificando nada. Ninguna de esas 857 muertes que menciona han valido la pena, ni han servido para nada, excepto para sembrar el odio e incrementar la espiral de violencia, represión y «ocupación» que sufrieron en el País Vasco durante todos esos años. Nada justifica la violencia ni el asesinato, ninguna bandera ni ninguna patria.

Pero siguiendo con el post de Pat me indigna profundamente que mientras se siguen celebrando homenajes y ceremonias en honor a los muertos por la violencia terrorista, para consuelo y orgullo de sus familiares, hay otros muertos más antiguos y abandonados que siguen enterrados en cunetas y fosas comunes, muertos en la guerra, o represaliados tras acabar la contienda, da igual, personas olvidadas e ignoradas por el Estado y recordadas con silencio y dolor por sus familias. Familias que no piden homenajes, ni coronas de flores, solo un sitio donde poder ir a visitarles, donde poner una lápida con su nombre, sacarlos del anonimato y del olvido.

Así que dependiendo de quién te mató tienes un trato u otro. O simplemente no lo tienes.

Hasta que no se supere el miedo a hablar y condenar de verdad el golpe de estado del 36 y la posterior dictadura como se ha hecho con otros regímenes similares de Europa y Sudamérica no se cerraran heridas, simplemente porque hay mucho dolor sin reparar todavía. El desconocimiento de esa parte de la historia que tienen los niños y jóvenes de ahora es tan grande que a veces pienso que están esperando que se mueran un par de generaciones más que todavía saben que ocurrió para dar carpetazo final al asunto.

Nos lavaron tanto la cabeza con que la transición fue idílica en este país, simplemente porque no acabamos a tiros otra vez cuando murió el dictador, que es políticamente incorrecto hablar mal de ella, aunque sólo sea para decir que fue mejorable, que los pactos a los que se llegó en ese momento concreto son revisables treinta y siete años después, que ya no hay el miedo que había entonces…

Que todo se puede mejorar.

LA SOLIDARIDAD DISCRIMINADA

Anoche tuve una pesadilla, soñaba que estaba haciendo turismo, creo que era Madrid, o por lo menos mi creador de paisajes oníricos cogió recuerdos visuales de paseos por la Gran Vía junto con otros sacados de alguna película de desastres. El caso es que en un momento de ese paseo una explosión cercana destrozaba la terraza de una cafetería y el pánico de encontrarme con la visión de cuerpos destrozados me impedía moverme. No quería moverme. No quería mirar.

Me he despertado con esa sensación de miedo hasta que me he dado cuenta de que era un sueño y que no pasaba nada. Pero también preguntándome como otras tantas veces porque a los europeos solo nos importan las  matanzas que ocurren en nuestro entorno, en un país cercano, a gente como nosotros, con esa empatía excluyente que parece filtrar el horror si las víctimas son de otro color, raza o religión, por no decir continente.

A mi particularmente me horrorizan todas, ya sea por catástrofe natural o por guerra/atentado antinatural. Y me asquean los exagerados signos de solidaridad con unas y el casi silencio de las otras excepto por unos segundos en las noticias o algún titular en la prensa.

El último ejemplo de esto ha sido la masacre de más de dos mil personas en Nigeria por el grupo Boko Haram. En París millones de personas se manifestaban en contra del terrorismo que había matado a 12 franceses y a favor de la libertad de expresión, aunque muchos de los mandatarios que encabezaban dicha marcha solo lo hicieran para salir en la foto porque no solo no respetan esa libertad de expresión en sus países sino que se empeñan en recortarla cada vez más. Mientras tanto, poco se hablaba de las continuas matanzas indiscriminadas que se perpetran en África, Arabia o Asia. Ninguna multitudinaria manifestación, ni reuniones extraordinarias y urgentes de líderes internacionales para buscar soluciones.

Solo intentamos proteger nuestro pequeño mundo, y con esa excusa las únicas soluciones que se les ocurrirán será seguir cerrando fronteras, endurecer la seguridad, vigilar más las comunicaciones personales de colectivos sospechosos, vendernos que para salvaguardar nuestra seguridad tenemos que sacrificar privacidad y libertades. Y lo peor es que como tantas otras veces, mucha gente consentirá, porque el miedo es muy convincente.

No creo que podamos acabar con el terror y la violencia en nuestros países, con nuestras modernas y preparadísimas agencias de inteligencia, policía y seguridad, si no solucionamos el problema que lo ocasiona, si no invertimos en educación, en tolerancia, en ayudar a esos países que muchas veces no tienen otra cosa que el odio hacía los que ellos creen sus enemigos.

Si no dejamos de mirar para otro lado cuando convierten a esos países en campos de batalla por meros intereses económicos.

masacre nigeria

Fanatismo=Fatalismo

Ayer se acabó oficialmente la Navidad y hoy, después de todos los empalagosos deseos de paz y amor que nos han rodeado en las últimas semanas, mientras comentábamos jocosos las indigestiones navideñas algo nos ha quitado de repente el hambre y las ganas de reír.

El asesinato de doce personas ha conmovido a todo el mundo no solo por la violencia del hecho en sí, por la muerte indiscriminada de personas inocentes en nombre de un supuesto Dios (que de existir seguramente no estaría de acuerdo con ellos) sino sobre todo porque su ataque ha sido lanzado directamente contra la libertad de expresión, contra Charlie Hebdo un periódico satírico como lo es nuestro Jueves, de los que no se dejan influir por presiones políticas, económicas ni religiosas para reírse todas las semanas de aquello que consideran susceptible de ser criticado, pero siempre con humor.

Disparos de kalashnikov en una redacción de París, periodistas degollados en Siria, niñas secuestradas en Nigeria, familias masacradas por drones norteamericanos en algún lugar de Irak, o Afganistán, guerras creadas por intereses económicos y vendidas como guerras santas para unos y como liberadoras para los otros (la operación Nuevo Amanecer iniciada por G. Bush causó aproximadamente un millón de muertos iraquíes, pero el odio que originó es incalculable).

Este inacabable cruce de disparos parece que no va a acabar nunca. El círculo vicioso en el que se convierte que el aumento del terrorismo y la propaganda del supuesto Estado Islámico provoquen un incremento de intervención policial y militar con la excusa de la seguridad, lo que provoca a su vez una escalada de odio en contra del “invasor militar” extranjero y pagano, parece que nunca va a tener fin.

Y mientras, los fabricantes de armas se frotan las manos.

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DOCTRINA BUSH (EJEMPLO EQUIVOCADO)

En el video se ve claramente a tres militares pateando a alguien/algo tirado en el suelo, ni siquiera se ve a la victima pero la saña con que propinan las patadas es de tal violencia que no hace falta que se vea ninguna gota de sangre, sobra con lo que se adivina.

Ahora parece que la justicia militar ha revocado el procesamiento de los cinco militares españoles, y han sido absueltos literalmente por “no existir la certeza sobre la condición de los agredidos”, es decir, que no se sabe si son prisioneros civiles o terroristas, porque parece que si el mencionado tribunal se acoge a la llamada “doctrina Bush” los convenios de Ginebra no se aplican a los presuntos insurgentes.

Que aquí se aplique una doctrina que se inventó para saltarse todos los tratados internacionales sobre derechos humanos y protección contra la barbarie de las guerras y así poder crear uno de los campos de concentración/reclusión/exterminio ilegales llamado Guantánamo con total impunidad me escandaliza e irrita sobremanera.

El Tribunal considera que la juez se precipitó al procesar a los militares españoles por la incertidumbre sobre la normativa que debían cumplir las Fuerzas Armadas españolas en lo que respecta al tratamiento de los detenidos, ya que según la doctrina Bush los detenidos en Irak o Afganistán son “combatientes enemigos ilegales” por lo que no se les puede tratar como simples prisioneros negándoseles la aplicación de los convenios de Ginebra. Parece ser que hasta en la guerra hacen falta papeles.

Da igual las resoluciones y declaraciones de la ONU solicitando el cierre de la base de Guantánamo, ni que el Supremo de Estados Unidos acabará en el año 2006 con tal peregrina interpretación de los tratados internacionales, ni que Obama se comprometiera a cerrarla. Aquí aplicamos a fecha de hoy la dichosa doctrina, que proviene de uno de los estados que llenándose la boca de libertad y democracia invade descarada o encubiertamente países donde las pisotea sin ningún remordimiento, según sus intereses económicos o ideológicos.

La absolución de estos militares no solo me escandaliza porque no apruebo la tortura ni el maltrato a ningún tipo de detenido. Sea terrorista, asesino en serie, político corrupto o simple ratero, me parece muy peligroso que el sistema se deshumanice hasta el punto de despreciar el dolor ajeno (se lo merezcan o no), pero además, lo que me preocupa de verdad es esa puerta que se queda abierta a poder torturar a cualquiera susceptible de ser tomado por terrorista, que en estos días, sobre todo hablando del terrorismo islámico, es bastante fácil. Ya se ha tratado por los medios de comunicación de terroristas a detenidos que sin haber tenido delitos de sangre habían contactado con supuestas cédulas de Al Qaeda, intentaban entrar en Siria, se habían convertido al Islam recientemente, consultaban determinadas páginas en Internet…

Y a mí la represión preventiva siempre me ha dado un miedo…

LOS DIAS DEL ODIO

El lunes el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo dio la razón a la etarra Inés del Rio en su recurso contra la doctrina Parot y ordenó su puesta inmediata en libertad al vulnerar dicha doctrina el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Estamos a miércoles y los medios de comunicación escritos o hablados siguen cargando las tintas con odio y sed de venganza.

A mucha gente le podré parecer insensible, o poco solidaria con las víctimas pero creo que no se puede legislar basándose en el dolor y el sufrimiento de las víctimas, aún comprendiéndolo. Además, no se puede distinguir entre muertos, no hay mejores muertos que otros, todos merecen la misma justicia, y en este país se ha utilizado políticamente a demasiados muertos para tocar la fibra sensible de la sociedad y tener ventaja política, y eso simplemente me parece vergonzoso porque se juega con sentimientos demasiado fuertes sin ningún escrúpulo, y al final esto pasa factura. El gobierno actual tiene miedo de que el monstruo que el mismo ha estado alimentado durante años con fines electorales y como arma arrojadiza contra el gobierno anterior se vuelva en su contra, y convoque las mismas manifestaciones multitudinarias que ellos mismos apoyaron en el pasado.

En la Constitución de 1978, esa que todos consideran tan sagrada a veces, se abolió la pena de muerte. También se estableció que las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social. Nuestro sistema penitenciario español está orientado a que las personas condenadas por los delitos o crímenes que hayan cometido, por terribles que hayan sido estos, puedan reinsertarse en la sociedad una vez transcurrida la condena impuesta.

Estos días no se habla de si estas personas que al parecer van a ser excarceladas están preparadas para integrarse en la sociedad sin que supongan un peligro. No solo son antiguos etarras, también son asesinos comunes y violadores, y eso es lo que a mí me preocupa, no el que cumplan 25, 30 o 800 años. A las familias de las víctimas les parece un agravio su puesta en libertad, a ellas no les parecerá nunca bastante el tiempo que puedan pasar en prisión, es comprensible, pero no creo que se deba supeditar el cumplimiento de las leyes nacionales o internacionales a sentimientos tan viscerales como el dolor por la perdida violenta e inútil de un ser querido.

Siempre me ha parecido que se arropa más a unas víctimas que a otras. Si la víctima lo ha sido por un acto de terrorismo tendrá un apoyo social o económico del que no disfrutará cualquier otra víctima de un asesinato común. Los medios de comunicación también ayudan a que haya crímenes que se convierten en circos mediáticos en los que sin esperar a juicio o sentencia se pide la cabeza de los presuntos autores a pie de Juzgado.

Conozco el shock de perder a alguien por una muerte violenta. Lamentablemente un familiar cercano fue asesinado violentamente hace años y ni siquiera la familia pudo disfrutar del sentimiento de relativa justicia que supone que el autor sea condenado por tan horrible crimen porque en ese momento era menor de edad, así que conozco perfectamente el sentimiento de frustración, impotencia, rabia y odio que genera. Sentimientos que no hicieron que cambiará mi conciencia sobre este tema. Ninguna muerte devuelve otra vida y siempre he pensado que hasta los peores criminales pueden llegar a arrepentirse y que su peor castigo es vivir con ello. También se que hay otros que no, que pueden suponer un peligro real en la calle, pero para eso el sistema debe tener soluciones.

Aunque no creo que ninguna pueda satisfacer nunca a todas las partes.

Relato: INFIERNO

Llevo tres días en esta ciudad. El Cairo. Por fin me decidí a cumplir uno de mis sueños, viajar a la cuna de una de las civilizaciones que más me han fascinado desde que era niño. Recuerdo la primera vez que descubrí la Esfinge con la gran pirámide detrás. Estaba estampada en un cromo de la Colección Vida y Color de mi primo Enrique, unos años mayor que yo. Me lo enseñaba orgulloso, sin apenas dejarme tocar sus hojas repletas de maravillas de todo el mundo. Lugares que prometí que algún día visitaría.

Ahora, treinta y cinco años después de aquel momento, me encuentro tomando café en una terraza de una calle de nombre impronunciable para mí. Los turistas inspeccionan mapas y guías mientras deciden su próximo destino. Los camareros van y vienen ágilmente entre el laberinto de mesas sirviendo a los exigentes occidentales… yo me relajo, está anocheciendo y pronto bajarán las temperaturas, lo que dará un poco de respiro al terrible calor diurno.

Llevo dos días recorriendo la ciudad: el barrio copto, el centro urbano, el zoco, el viejo Cairo islámico, con sus palacios, mezquitas, escuelas… pero el gran día es mañana. Mañana inicio mi excursión, mi auténtico viaje al antiguo Egipto: Giza, Luxor, Tebas, Nubia, Dahshur… no hace falta que repase guías, las conozco, sé su ubicación, su historia, los faraones que ordenaron su construcción… es mi pasión, cientos de horas viajando a través de las páginas de los libros, cerrando los ojos intentando sentir ese silencio en medio de la inmensidad del desierto…

Vuelvo a la realidad. Ayer, en esta misma terraza conocí a alguien. No acababa de entenderme con el camarero en mi inglés de colegial y ella que estaba en la mesa de al lado le explicó en un árabe que a mí me pareció perfecto que yo quería un café dulce, no el amargo café turco sin azúcar que acababa de traerme. Le di las gracias y le pregunté de dónde era. Tenía unos preciosos ojos azules que contrastaban enormemente con su tez morena. Me dijo que había nacido allí pero durante muchos años estuvo en el extranjero estudiando, sus padres querían que se occidentalizara pero ella había querido volver. No le gustaba el egoísmo y descreimiento que había visto. Empezó a contarme cosas sobre su familia, de su padre, descendiente de bereberes y de su madre, hija de armenios llegados al país huyendo del genocidio que sufrieron en la primera Gran Guerra. Los ojos le brillaban, hablaba de una manera apasionada… De pronto sonó su móvil, se calló y se levantó con prisa, disculpándose, se le hacía tarde, dijo. Se alejó caminando. Iba vestida de negro, con pantalones y una camisa ancha. Nada que revelara ninguna de sus formas. A pesar de ello desprendía una feminidad muy atractiva.

Y ahora estoy aquí, en la misma mesa, a la misma hora que ayer, esperando. Quiero volver a encontrármela, preguntarle, saber más sobre la diferencia entre nuestras culturas, nuestras creencias… Pero llevo casi una hora y me estoy quedando frío. Los turistas abarrotan ahora la parte interior de la cafetería, pero yo prefiero quedarme fuera. Me gusta ver el mundo pasar por delante de mí. Siempre me han gustado las terrazas de las ciudades. Es todo un espectáculo de vida.

Una familia de alemanes se acerca y se sienta en una mesa próxima. Un vendedor ambulante vestido con una túnica larga blanca pasea entre las mesas ofreciendo su mercancía. Una mujer pasa por delante de la terraza, lleva un velo cubriéndole el pelo y medio rostro. Me extraña que se encamine hacia el interior y la sigo con la mirada. Antes de entrar se gira hacía mi dirección y veo unos ojos azules. Unos ojos azules enmarcados en un velo de tristeza negra.

Es la mujer de ayer. Me levanto para alcanzarla.

La onda expansiva me lanza a unos metros de donde me encontraba. No oigo nada, el silencio me hace daño en los oídos. Miro hacía atrás. Fuego, gritos y dolor. Sólo veo infierno.

¿ME QUIERES? (BURKA). (Detalle). Salustiano