ALGUNAS PLANTAS

Odio la gente que habla en los conciertos.

No la gente que comenta cosas, que se ríe y que comparte lo bien que se lo está pasando. No. Me refiero a esas personas que van a los conciertos y se cuentan su vida, a voz en grito, porque si no no se oyen, claro. Y se pasan prácticamente todo el concierto así, sin hacer caso al grupo, que no sé para que pagan la entrada, porque para hablar se me ocurren muchos y mejores sitios en los que no tienes que dejarte parte de las cuerdas vocales para hacerte entender.

Y lo peor es cuando no son dos, que intentan gritarse al oído, sino cuando es un grupo de tres o mas, y gritan entre si. Últimamente tengo tan mala suerte que cuando creo que he conseguido un buen sitio y ya es prácticamente imposible moverse a otro siempre se me sitúa un grupo de estos delante, detrás o a cualquiera de los lados.

En el último del Sr. Mostaza se turnaban dos tipos borrachos que vociferaban lo mucho que se apreciaban el uno al otro a la altura de mi nuca, con una pareja de chicas a mi derecha que se estaban dando consejos de cómo superar una ruptura de pareja a unos cien decibelios. Y encima eran malos consejos.

Llega un momento en que no me puedo abstraer, es como si mi cerebro bajará el volumen de la música mientras sube el de la gente, hasta que solo oigo eso, voces y murmullo. Como cuando te acuestas escuchando el goteo de un grifo y acabas con los ojos como platos y la gota resonando en tu cerebro, sin que exista otro sonido a tu alrededor. Y entonces el concierto pierde su magia. Y yo me pongo de mala leche.

En un concierto acústico hace meses, Coque Malla se atrevió a pedir al público que guardara silencio tras tener que para unas cuántas veces debido a que el murmullo sobrepasaba el nivel de su acústico. Al lado tenía a un grupo que al principio del concierto parecían unos fans incondicionales del cantante, pero que esa petición (eran de los que no callaban ni bajo el agua) les sentó peor que si les hubiese mentado a la madre desde el escenario. Se pasaron el resto del concierto refunfuñando, insultándole y por supuesto, sin callarse.

Menos mal que de vez en cuando, hay conciertos en los que para lo único que la gente abre la boca es para corear las canciones a pleno pulmón. Antes me molestaba, ahora no, mientras cantan no gritan.

Eso lo saben bien los de Love of Lesbian, nunca he visto tantas caras de felicidad como en sus conciertos. Y saltos, y coros desafinados, y gafas de colores…

SONREIR

Hoy me cuesta sonreír, una porque he pasado muy mala noche, tengo el insomnio fácil y a la mínima mi cerebro se pone a cavilar echando al sueño a patadas, si encima lo alimentamos con una vecina octogenaria sorda que enchufa la tele a cualquier hora del día y de la noche (a mi me fastidian las de la noche claro) pues tenemos una noche larga e inacabable que acaba en una mañana en la que se me hace un mundo no solo sonreír, sino simplemente existir.

Además tenía dentista, hace unos días se me partió un diente y esperaba esta visita con una mezcla de esperanza de que no fuera muy grave y pudiera salvarlo y mucho miedo de que no, de que se fuera por los aires (otro). Y ha sido que no, que no se puede salvar, que hay que quitarlo, poner un implante (otro)…

Y así estoy, de medio duelo, y con la boca medio anestesiada, con lo que todavía me cuesta más sonreír.

Así que aunque me he tomado un par de ibuprofenos, mejor me pongo algo de música optimista que suele ser infalible. Y en eso el Señor Mostaza no suele fallar, así que con un disco titulado “Podemos sonreír” tengo la sonrisa (aunque sea melancólica) garantizada.

“Momento Eterno”. A ver a quien no le hace gracia el bailecito del final.

 

METATARSALGIA

Si no fuera porque el médico de urgencias sólo me ha recetado Fastum Gel, un antiinflamatorio suave y reposo relativo (justo ahora que me quedan todos los regalos de navidad por comprar), me habría asustado con la palabreja.

Como soy muy curiosa y no he acabado de entender las escasas explicaciones del doctor (que ya se iba a comer) he aprovechado que junto a la palabra diagnóstico estaba claramente escrito “Metatarsalgia” para buscarlo en Google. Allí he descubierto que estoy dentro del grupo de riesgo mayoritario: mujeres entre 20 y 50 años ¿? y que las causas pueden ir desde el estrés mecánico producido por el calzado inadecuado (tacones) hasta algún problema reumático. Yo no llevo tacones, pero si tengo que ponérmelos para descartar el reuma, hago el esfuerzo (aún a riesgo de cambiar metatarsalgia por esguince).

Eso ha sido a la hora de comer (gracias socio por llevarme y esperarme). Así que después de comer un bocadillo medio frío en el despacho a las cuatro de la tarde solo deseaba llegar a casa, preparar una sopita caliente para cenar y meterme debajo de la manta a leer un rato. Pero como me ha comentado hoy una amiga, la Ley de Murphy existe y a los diez minutos de llegar, con el cazo encima de la placa y mi dedo pulsando el botón de encendido… se ha ido la luz.

Una vez solventado el problema de la cena (comida china a domicilio, no renunciaba a cenar caliente) he llamado a mi teléfono particular de urgencias  y mi socio se ha presentado linterna en mano (gracias de nuevo por venir, es lo que pasa por ser tan apañao). En ese momento mi reposo relativo ya se había ido al garete porque la avería era general, no funcionaban los telefonillos (ni el ascensor) y alguien que no tuviera miedo a la oscuridad tenía que bajar a abrir a la china que traía la cena (y volver a subir, por supuesto), luego hemos seguido subiendo y bajando para intentar localizar la avería (alguien tenía que aguantar la linterna), sin conseguirlo. Afortunadamente mi socio, que es experto en soportar las interminables melodías publicitarias y teleoperadoras inoperantes de cualquier compañía de servicios, ha aguantado todos los filtros hasta que una voz al otro lado ha tomado nota del aviso. Así que cuando a las diez y media me he sentado a cenar el arroz tres delicias casi frío estaba dolorida, medio congelada y seguía a oscuras.

Menos mal que todavía me quedaban una buena ración de las endorfinas generadas este fin de semana y ni el frío, ni mi pie, ni Iberdrola han conseguido ponerme de mal humor.

Y uno de esos generadores de felicidad fue el señor Luis Prado. Concierto íntimo acústico de Señor Mostaza en La Caverna. Insuperable, como siempre.

Momento-monólogo-canción de otro concierto insuperable:

SEÑOR MOSTAZA VS LADYTRON

A pesar de parecer el título de un cómic no es más que el resumen de mi fin de semana. Dos conciertos completamente distintos entre sí que únicamente compartían una cosa, el local donde tuvieron lugar.

El viernes era el concierto más esperado para mí. Actuaba el Señor Mostaza, grupo liderado por Luís Prado, pianista que ha colaborado con grupos como MClan, Ariel Rot y Quique González, entre otros. Y es que a pesar de ser valencianos, no había tenido oportunidad todavía de escucharlos en directo.

El grupo tiene un repertorio muy bitelesco, con influencias de Madness, The Kinks, The Who, ELO, Supertramp…. resumiendo, un sonido donde el piano es protagonista, las letras divertidas y tragicómicas, unos acordes y coros impecables.  Y así empezó el concierto, con Luís Prado haciendo reír al personal entre canción y canción, y el personal disfrutando de cada tema, tanto de su último trabajo “Somos poco prácticos” como de sus dos anteriores discos, “Mundo Interior” y “Pianoforte EP”, trabajos que recomiendo muy mucho.

Acabó el concierto, y cómo el amigo con el que fui conocía al grupo desde su época de Instituto tuve la suerte de conocer a Luis Prado, que parece ser ese tipo de personas que aúnan inteligencia y sentido del humor, con una cordialidad pasmosa. Vamos, que la noche, que no acabó ahí por supuesto, fue perfecta.

Os pongo “Ahora comprendo bien”, una canción de su anterior trabajo “Mundo Interior”, ya la puse en un anterior post pero es que no he encontrado ninguna otra canción por la red que tenga tan buen sonido e imagen. Os dejo en el enlace son su espacio en MySpace y os recomiendo la canción “Somos poco prácticos” (y “Ser vulnerable”, y “Todo me recuerda a ti”, y …)

 Tras medio sábado para recuperarme, los únicos supervivientes a la noche del viernes, mi amigo Sam y yo, nos presentamos de nuevo en la puerta de El Loco, para ver a un grupo totalmente distinto, Ladytron. (Intentamos que nos hicieran rebaja en la puerta por repetir en tan poco tiempo pero no coló).

Ladytron es un grupo británico de electropop y el nombre se debe a una canción de Roxy Music. No utilizan samples ni sonidos pregrabados, lo tocan todo en directo utilizando sintetizadores, y además llevan batería y guitarras. Las dos cantantes Helen y Mira tienen una estética futurista con el negro como color dominante, algo que ya se adivinaba al ver el público que hacía cola esperando la apertura de puertas y abarrotaba los garitos cercanos.

El grupo sonó bien, presentaba su último álbum “Velocifero”, y las chicas no sonrieron ni una sola vez, muy en su línea estética. Pero el público disfrutó, estábamos mucho más apretados que la noche anterior y el sonido no era tan limpio, pero fue divertido. No es mi estilo de música favorito, pero me recordaba a Kraftwerk y todo hay que decirlo, las voces sonaban muy bien con ese toque distorsionador característico de este tipo de música.

Os dejo con el video clip de “Ghosts” su último single.

Y nada como todo un domingo para recuperarse de tanta nota.