CORDOBA

Suena la alarma. Por unos instantes no sé muy bien en que día estoy. Han sido cinco días sin reloj, recorriendo kilómetros sin prisa por llegar, paseando por calles desconocidas llenas de historia, recordando un pasado que no viví, disfrutando a tu lado, de tu mano, de mi presente feliz.

Me encojo bajo el edredón. Quiero estar de nuevo en la Plaza de las Cañas y escuchar los trozos de conversación de la gente al pasar delante de nuestra ventana enrejada. Me imagino tumbada en la cama, junto a ti, mirando el techo con artesonados árabes llenos de figuras geométricas y vivos colores, con el suave goteo de la fuente del patio interior.

Suena la segunda alarma. Sigo en mi cama, empeñada en engañar al tiempo… sin conseguirlo. Cierro los ojos y vuelvo a la judería, caminando por sus estrechas calles de nombres curiosos y desconocidos, calleja de la Luna, del Regaño, plaza de Maimónides… (Médico, rabino y teólogo judío, el más celebre de la Edad Media, me dice mi iPhone en respuesta a mi curiosidad)… algunas tan pequeñas y escondidas que ni siquiera encontramos en el plano. Otras tan concurridas que tenemos que ir sorteando turistas y esquivando gitanas con el romerito de la suerte.

Yo estuve hace muchos años en Córdoba, no recuerdo cuantos años tenía, quizás ocho o nueve… sólo guardo un recuerdo de aquel viaje familiar, cuando entré en la Mezquita y levante la vista hacia la doble arcada de color rojo y blanco. No veía el final de aquella gran sala llena de columnas… nunca se me olvidó aquella imagen. No volví más.

En este viaje la Mezquita me ha impresionado casi tanto como la primera vez que la descubrí, pero me ha enamorado la Córdoba antigua, la ciudad de las tres culturas, de los patios umbríos y frondosos, de callejuelas sinuosas y empedradas, de un Guadalquivir que me pareció inmenso…

El recuerdo de las berenjenas con miel me recuerda que anoche casi ni cené y me levanto resignada.

En la cocina mi hijo me recibe con un abrazo y un zumo. Sonrío. Ya no echo de menos las tostadas al sol.

La última noche disfrutamos de la música de Jorge Drexler en los jardines del Alcazar, concierto al aire libre, con el sonido de las fuentes de fondo… y aunque no pudimos verlo hasta el final (aguantaste todo lo que pudiste, lo sé), fue un estupendo final para cinco días mágicos.

5 Respuestas a “CORDOBA

  1. Desde Al Zahra te recuerdo con pasión.
    El horizonte está claro y la tierra nos muestra su faz serena.
    La brisa desmaya con el crepúsculo: parece que se apiada de mí y languidece, llena de ternura.

    Los arriates me sonríen con sus aguas de plata, que parecen collares desprendidos de las gargantas.
    Así fueron los días deliciosos que ya pasaron, cuando, aprovechando el sueño del Destino, fuimos ladrones de placer.

    Hoy sólo me distraigo con las flores, imán de los ojos, en las que la escarcha juega vivaz; inclinando sus tallos:
    Son como pupilas que, al ver mi insomnio, lloran por mí, y por eso el irisado llanto resbala por su cáliz.

    IBN ZAYDUN.- DESDE AL-ZAHRA

    Supongo que sabes que Al-Zahra (o Medina Azahara) era el palacio de los los califas, desde el que se veia Cordoba.

    Un beso y un zumo.

    • Si Antton (me cuesta no llamarte Nire), lo sé y me quede con ganas de visitarlo pero ha sido un viaje un poco “accidentado” y no fuimos. Pero así tengo un motivo más para volver.
      Precioso poema para una bella ciudad.

      Echaba de menos tus comentarios.

      Un beso nostálgico.

      • Bueno, el poema lo he puesto porque si te fijas se parece bastante a tu post o a las sensaciones que produce.

        ¿Echabas de menos mis comentarios? 😮 pero si solo me he saltado el de las marcas… ¿No sera que escribes poco y asi no hay quien te comente? Je je je.

  2. Córdoba es una ciudad que rezuma mágia, y la mezquita es uno de sus manantiales. Cada vez que he ido, he querido comprobar si es cierto que hay tantas columnas como días en el año, pero suelo perder la cuenta en el quinto capitel… 😕
    Así que, tendré que volver, aunque no vaya tan bien acompañada como otras 😈

    Me alegro de que le hayas sacado todo el jugo a esos cinco días, y más si lo remataste con el concierto de Drexler… 😉

    Un besazo, guapa.

    • Jeje… pues buscate buena compañía para el próximo que Córdoba es mágica para pasearla enamorada ;-).
      El concierto de Drexler fue increíble, te lo recomiendo si pasa por tu ciudad. Lleva unos músicos estupendos. Y si pasa cerca te diría hasta que te escaparas…
      Un besazo.

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